El regidor de Urbanismo y Obras, Joan Llodrà, el alcalde Miquel Oliver y el ingeniero Miquel Gelabert en rueda de prensa.

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«La red de alumbrado público de Manacor es un desastre, mucha suerte hemos tenido que no haya ocurrido un accidente como el de Bunyola». Así de contundente se ha mostrado el alcalde Miquel Oliver (Més-Esquerra), una vez la dirección general de Energía ha obligado al Ajuntament a actuar en cuatro zonas del municipio al detectar deficiencias «graves o muy graves». La situación es de «extrema urgencia» y por ello se ha procedido a cortar el suministro de cuatro cuadros eléctricos que afectan a 250 farolas en Cala Murada, 100 en s’Illot y 60 más en Cala Anguila.

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Así lo expusieron este jueves el propio Oliver junto al regidor de Urbanismo y Obras, Joan Llodrà, y el ingeniero municipal Miquel Gelabert. Oliver acusó a los anteriores equipos de gobierno de actuar con «negligencia» ya que hay «informes que alertaban de la peligrosidad de la red desde hace tiempo como cuando se realizó la auditoría energética, así como nunca se han realizado revisiones que dependiendo de la potencia se tenían que llevar a cabo cada tres o cinco años, y nunca se hizo nada de nada».

Como ejemplos del mal estado de la instalación apuntaron que «hay cuadros sin proteger, sin toma de tierra, empalmes, puenteados, pirateos y hasta gente que tenía interruptores para apagar la farola de enfrente de su negocio».