Fachada del Hospital de Inca. | ANTONI POL

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El personal sanitario de todos los ámbitos del hospital comarcal de Inca se ha visto reducido en unas 150 personas durante los últimos cuatro años.

Así lo informó este jueves el representante del sindicato UGT, Bartomeu Ballester, que apuntó que se ha pasado de unos 890 trabajadores a unos 750 y atribuyó a este hecho la actual situación que vive el centro y que provocó el colapso del hospital el pasado miércoles cuando se tuvieron que suspender las operaciones programadas por falta de camas.

Desde el hospital se informó este jueves de que se aplazaron seis intervenciones del jueves y otras siete para este viernes y que, previsiblemente, se citará a estos pacientes para que puedan ser intervenidos en unos ocho o diez días.

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Según Bartomeu Ballester, «esta situación no se mejorará si desde la gerencia del hospital no se apuesta por dar soluciones globales que arreglen el funcionamiento del centro». Según el sindicalista, «se debería ampliar el servicio de Urgencias tanto en espacio como en número de trabajadores para poder atender en condiciones óptimas a todos los usuarios y poder terminar con el colapso constante del área. Todo depende de la voluntad política».

Por otra parte, el representante de UGT en Inca resalta que hay un gran número de «contratos precarios» que se firman en el hospital de Inca y que provocan «la marcha del personal cuando tiene una oferta mejor».

Una consecuencia de la falta de previsión y personal que provocó la saturación del hospital debido a una «punta asistencial» en Urgencias ha sido que este jueves los recién nacidos tuvieron que compartir la mitad de la planta con adultos de otras áreas. Debido a la inexistencia de camas vacías, dos mujeres que dieron a luz este jueves en Inca tuvieron que esperar durante toda la mañana en paritorios hasta que hubiera alguna cama vacía en planta.

El miércoles se desbloqueó la habitación de infecciosos para dar salida al colapso.