El buen tiempo animó el ambiente en la Fira de Santa Catalina en Bunyola. | P. Pellicer

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Los comercios y mercaderes de Bunyola aprovecharon la quinta edición de la feria de Santa Catalina para mostrar su oferta comercial al gran número de visitantes que llenaron las calles del centro de la localidad y consiguieron que la afluencia de público fuese la más importante de todos los años de vida de esta joven feria.

Un grupo de autoridades encabezadas por el alcalde, Jaume Isern, y el conseller de Salut, Martí Sansaloni realizaron su recorrido por la feria seguidos por la madre y otros familiares de David Grimaldos, el joven que falleció durante las fiestas patronales del pueblo, para pedir responsabilidades por lo sucedido.

Las autoridades también se encontraron en su camino con activistas del Grup d’Ornitologia Balear (GOB) que volvieron a pedir que se pare la importación de residuos.

La feria de Santa Catalina nació con el objetivo de dinamizar el ámbito cultural, social, comercial y empresarial del pueblo. Fue una apuesta del Ajuntament de la localidad que tenía el fin claro de crear una feria de carácter tradicional en la que las entidades y empresas locales se pudieron promocionar.