El alcalde de Vilafranca, Montserrat Rosselló, carga con el melón ganador. | Joan Socies

TW
6

El melón sigue acaparando toda la atención y se mantiene como emblema de Vilafranca. Así fue, un año más, este pasado fin de semana en la XLIV Festa del Meló y en la mañana de ayer en la XXI edición de la Fira del Meló.

Uno de los máximos atractivos de la feria volvió a ser el concurso para premiar al mejor melón, el de más calidad y al más grande, de más peso. Un premio que este año con récord histórico incluido ha recaído sobre Pere Nicolau y Llorenç Penya con un ejemplar de 21,440 kilos de entre 11 ejemplares participantes. El segundo premio con un melón de 18,970 kilos también fue para la misma pareja de agricultores. El premio a la calidad, sin duda el más prestigioso pero a la vez menos popular fue para Sebastià Jaume Barceló y el segundo para Sebastià Jaume Andreu. En esta edición de récord los principales premios quedaron en tierras vilafranqueres.

Pero además de melones la feria ofrecía un amplio abanico de productos desde los animales, con dos exhibiciones ecuestres, hasta la maquinaria agrícola o todo tipo de artesanía que sirvió para que los vilafranquers y decenas de visitantes pudieran disfrutar de su día de feria con otro protagonista, el calor. Un componente que animó la venta de bebidas y refrescos en los bares de la localidad del Pla.