El interior del Sindicat además para actos vandálicos ha servido en multitud de ocasiones para tomar fotografías. | Joan Socies

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Tras el paso de la filoxera por Mallorca, a finales del siglo XIX, fue un joven ingeniero catalán, Arnest Mestre i Artigas (Sant Pere de Ribas, 1884-1968) que con su ímpetu «transformó la vida de la ciudad», como señala Bartomeu Mestre Balutxo en su blog de Vilaweb.

Mestre y su hermano Cristòfor, director de la Estació Enológica de Vilafranca del Penedès, fueron los máximos impulsores de la estación enológica y después del celler cooperatiu conocido como es Sindicat, y construido por el arquitecto Guillem Forteza. Ahora cien años después es el artista felanitxer, Miquel Barceló Cordella, quien toma la iniciativa de revitalizar la ciudad aportando algo más que su arte.

Para entender la magnitud de lo que ha significado es Sindicat para Felanitx, a lo largo del siglo XX, basta comprobar como en los años setenta la entidad tenia 550 socios, lo que significa que más de 500 familias vivían entorno de la vid y el vino.

Recordemos que Felanitx antes de la llegada de la filoxera transportaba miles de litros de vino desde Portocolom al sur de Francia, entre otros puertos. Por ello es que después de unos años de decadencia a principios del siglo XX los hermanos Mestre soplan en las brasas para hacer resurgir la pasión de Felanitx por el vino. Los inicios señalan que la primera junta adquirió el solar por 20.000 pesetas. Luego la maquinaria llegaría procedente de toda Europa.

25 años de abandono

El edificio actual, propiedad de Pau Ripoll tiene 6.500 metros cuadrados construidos, y tiene una altura de 16 metros, el solar ocupa unos 22.000 metros cuadrados. El empresario vitivinícola de Binissalem lo adquirió en 1993 por 17 millones de pesetas más algunas hipotecas que tenia contraídas la entidad, sumando un total de poco más de 40 millones de pesetas.

Desde entonces el complejo ha estado abandonado, e incluso la propiedad ha ido vendiendo terrenos anexos, también se ha construido la vía de circunvalación que pasa a escasos metros de los edificios de la Sort dels Amaradors, antiguo nombre de la finca.

En 2009 en unos contactos entre Ajuntament, Govern, Consell y Ripoll este último reclamaba seis millones de euros negociables a la baja. Entonces se hablaba de convertir el Sindicat en un centro de referencia para el estudio y elaboración de vino y un museo del vino. Un año antes, en 2008, Esquerra Republicana de Catalunya había conseguido una enmienda a los presupuestos del Estado para destinar 300.000 a la compra del edificio. El mismo año el Parlament acordó comprar el edificio «cuando todas las administraciones hagan una aportación». Ahora, en 2014 la propiedad lo vende por cuatro millones de euros.