El historiador ‘algaidí’ Pere Fullana está al frente de la revista. | Joan Socies

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Pere Fullana ve con incerteza el papel que juega una publicación como la revista Lluc en estos momentos, es por ello que emprende la apuesta de englobar la revista en el proyecto de gestión de todo el Santuari de Lluc y reinventar y encajar la revista en la inmediatez del mundo de las redes sociales.

Lluc, la revista arrastra detrás de sus páginas más de noventa años de trayectoria cultural. En sus inicios, en 1921, nació para promover la devoción de la Mare de Déu de Lluc y los ideales y objetivos de los Missioners dels Sagrats Cors. Y consiguió gran prestigió cultural (1930-36) con la publicación de artículos históricos y folclóricos. La revista en 1927 introdujo una sección en catalán a cargo de Gaspar Munar. Tal vez los mejores momentos los vivió en los años de la reconversión al catalán, en la década de los sesenta e inicios de los setenta con figuras como Damià Pons, Joan Miralles o Pere Llabrés que se pusieron al frente. Entre 1974 y 1987 la edición fue a cargo de la Obra Cultural Balear, para posteriormente volver a cargo de los Missioners.

Ahora con Pere Fullana la revista tiene «la voluntad de estar viva, tiene que luchar para tener visibilidad en papel, hay espacio para ello», señala quien añade que «también queremos dar juego a gente joven que la revista les sirve para mostrarse y de plataforma, por ello contamos con colaboradores como Antoni Trobat, Tomeu Estelrich o Pere Antoni Pons».

La revista Lluc lucha ahora para encontrar su espacio, llegar a las librerías y tal vez en un futuro se tendrá que plantear convertirse en el complemento de algún periódico. «Con opiniones más elaboradas y ofreciendo al lector la profundidad que no puede ofrecer el día a día de un periódico» señala Fullana quien liga el nuevo proyecto de gestión del Santuari al futuro de la revista «como un complemento más de este modelo».