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La Fira de Porreres cosechó un nuevo éxito de visitantes gracias a su amplia exposición de productos agroalimentarios locales y a una cuidadosa selección de los estands que acuden a la cita.

Miles de personas abarrotaron las calles más céntricas de la Vila que nada más llegar se encontraban con la XVIII Mostra de Productes Porrerencs, ubicados en la plaza de la Vila y en la carpa de la Avinguda Bisbe Campins. No faltaron las empresas elaboradoras de sobrasada, botifarrones, paté, galletas, pasta, vinos o productos del albaricoque como un excelente licor o los apreciados albercocs secs . De hecho, este punto fue uno de los más solicitados por el público.

Las actuaciones musicales en la plaza o la batucada animaron un extenso itinerario entre productos del campo de temporada, ecológicos y de promoción del municipio. También expusieron las diferentes panaderías o tiendas de ropa del pueblo.

En la plaza del Molí de n'Amengual se organizó una interesante muestra de animales autóctonos que hicieron las delicias de los más pequeños. Además, se contó también con muestras de diferentes trabajos relacionados con el campo.

De hecho, también destacaron oficios tradicionales como el llauner que también se conservan el pueblo de Porreres, entre otros.

Exposiciones

Las motos y los coches antiguos de una asociación de Felanitx también despertaron mucho interés entre el público presente.

Los más pequeños también disfrutaron con la organización de talleres y juegos y estaba prevista la actuación de la Filharmònica Porrerenca en la plaza de la Vila para concluir una exitosa jornada.

Así, la jornada de feria duró más de doce horas. Ya al mediodía, los bares, restaurantes y cafeterías, que se tuvieron que emplear a fondo desde primera hora de la mañana con bocadillos y variats , también presentaban un lleno total a la hora de comer.

Con todo, Porreres vivió una gran y multitudinaria feria que también se vio acompañada por el buen tiempo que animó a vecinos y visitantes a acercarse hasta el pueblo. La Fira que se celebra a finales de octubre se concibe como un gran escaparate hacia nuevos consumidores de productos locales.