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La fábrica de tapices de Can Morató de Pollença no ha sido incluida en el Catálogo de Bienes Patrimoniales del municipio que se encuentra en exposición pública a pesar de que está declarada Bien de Interés Cultural.

En los últimos dos años el alcalde, Bartomeu Cifre Ochogavía, ha manifestado reiteradamente su deseo de que el Consell de Mallorca rebaje el estado de protección del inmueble y lo declare en ruina. Cifre Ochogavía espera desde hace más de un año que el Consell se pronuncie oficialmente sobre el asunto.

La antigua fábrica de tapices fue construida en 1922 y se convirtió en un modelo de referencia hasta su cierre en 1960. Situada a la entrada de la parte alta de Pollença, junto al Pont Romà, la fábrica presenta desde hace tiempo un estado deplorable, tanto que incluso durante la legislatura pasada se decretó el cierre temporal de un camino público por riesgo de desprendimientos. El Ajuntament ordenó a la propiedad una actuación urgente para frenar el deterioro de la fábrica pero la orden solo se ha ejecutado parcialmente con la instalación de unos puntales que acabaron con el riesgo de desprendimiento.

A lo largo de los últimos años ha habido diferentes intentos por transformar el edificio, de titularidad privada, y recuperarlo para un nuevo uso pero ninguno de ellos ha cuajado.

Unesco

Alternativa (en la oposición) ha venido reclamando insistentemente que se ejecute la orden que obliga a la propiedad a garantizar la conservación del inmueble y ha advertido a las instituciones municipales y supramunicipales que recurrirá a la Unesco si finalmente se desprotege el edificio industrial.