La brigada intervino en este punto de Inca, en la plaza Verge de Lluc.

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Varios comerciantes de Inca pusieron ayer el grito en el cielo por las molestias y posibles pérdidas económicas que les ocasionó el cierre de parte del centro histórico de la ciudad. El Ajuntament reconoció, en boca de la teniente de alcalde, que «deberíamos de haberles informado» para evitarles perjuicios.

El problema se originó a primera hora de la mañana, cuando los operarios de la brigada municipal cerraron varias calles del centro (Born y las adyacentes por el sur) para reparar un problema en la recogida de aguas pluviales en la plaza Verge de Lluc, entre el mercado cubierto y el pub Es Born. Hacia mediodía la intervención estaba reparada y se reabrió el tráfico a los vehículos.

Los comerciantes de la ciudad, especialmente los del mercado cubierto, se mostraron indignados con la actuación del Ajuntament porque no les habían avisado del cierre y por las consiguientes molestias que ello ocasionaba a sus clientes y suministradores de productos. Se quejaban de que, precisamente ayer, aprovechando que los niños se reincorporaban al colegio, las familias tenían pensado ir a hacer la compra. «Como mínimo deberían haber informado -criticaron-, y las obras se podrían haber hecho a otra hora más conveniente». Otros apuntaron que ni el alcalde Rafel Torres (PP) ni la regidora de Comercio les cogían el teléfono.

La primera teniente de alcalde y responsable de Comercio, Rosa Maria Tarragó, reconoció que «no hemos pensado a avisarles». «Tomamos nota y en otra ocasión les informaremos previamente», dijo.