El colegio público del núcleo de Son Macià fue declarado obsoleto hace nada menos que doce años. | G. Alonso

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La primera teniente de alcalde del Ajuntament de Manacor, Catalina Riera (PP), denunció en el último pleno que «alguien ha influido a la Conselleria d'Educació, basándose en un tema emocional, para evitar el nuevo colegio Pere Garau de Son Macià», refiriéndose al portavoz del PP local en el Consistorio, Antoni Sureda, hasta hace un año delegado del núcleo.

A raíz de una pregunta del PSOE, Riera afirmó que «pasamos de acordar con el Govern la construcción de un centro nuevo con la consiguiente modificación de normas y en agosto del año pasado se nos entrega un proyecto que no se adapta al planeamiento y que además prevé una reforma del edificio».

Inmediatamente, el arquitecto municipal redactó un informe para rediseñar el proyecto para que se adaptara a la normativa urbanística. Según la portavoz del equipo de gobierno del alcalde Antoni Pastor (PP), «desde abril de este año esperamos noticias de Educació».

Así, Riera recordó que «desde abril de 2011 el Ajuntament lo tiene todo a punto para la construcción del nuevo colegio que finalmente no se llevará a cabo, la cuestión es que no se da una solución a un problema muy crítico para padres y alumnos». Por su parte, el popular Antoni Sureda rechazó las acusaciones de Riera. «Lo que lamento es que se haga política de una cosa que es de interés general, a mi tanto me da que se reforme o que se construya un nuevo centro», manifestó Sureda, quien se puso a disposición del equipo de gobierno y de la APIMA «para acabar con esta situación y con las aulas prefabricadas».

El Govern, de momento, no prevé realizar ningún tipo de actuación a pesar de que el ex conseller d'Educació Rafael Bosch se comprometiera en 2011 a elaborar un proyecto en pocos meses.

Hay que recordar que desde principio de los años 90, los padres y madres de Son Macià exigen una solución a la falta de espacio existente en el centro. Ya en 1995 se instaló la primera aula prefabricada para ser utilizada como comedor. A día de hoy, el colegio cierra sus puertas a las 14.00 horas ante la imposibilidad de poder realizar ni una sola actividad extraescolar. Y las aulas prefabricadas marcan el día a día del alumnado. Una situación calificada de «insostenible» por la comunidad educativa y que no se encuentra en vías de solución.