El nuevo edificio social ya es claramente visible y se prevé que las obras concluyan a final de mes. | M.VIDAL

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Quince años le costó al Club Nàutic Can Picafort recuperar la concesión del puerto deportivo del núcleo turístico que le da nombre, situado en el término municipal de Santa Margalida. El club había autorizado previamente al Port Esportiu S.A. a gestionar y explotar las instalaciones, a cambio de la finalización de unas obras de ampliación y adecuación proyectadas en 1982 y que nunca se ejecutaron. En 2010 el juez le dio la razón y en mayo de 2011 el club recuperó la concesión.

El pasado verano se realizaron las obras más urgentes de limpieza del fondo pero aún quedaba pendiente la construcción de un club social que les situara al nivel del resto de puertos deportivos de la Isla. Las obras comenzaron el año pasado y concluirán previsiblemente a finales del presente mes de julio. El nuevo edificio dispone, entre otras instalaciones, de duchas y baños, una sala de juntas, sala de socios y administración, además de un bar.

Pendiente desde los 80

El presidente del Club, Antoni Montserrat, explica que la nueva junta, que tomó el mando en el año 2011, apuesta por construir el local social y «terminar, así, las reformas que se empezaron en la zona portuaria en los años 80».

Para obtener los permisos de construcción, el Club Nàutic Can Picafort ha pasado por un largo periplo administrativo. El Ajuntament de Santa Margalida emitió en 2012 un informe desfavorable al proyecto del nuevo edificio, dado que este tipo de usos está expresamente prohibido en la zona por la normativa urbanística municipal vigente, que data de 1986, pero dicho informe no es vinculante y la decisión última corresponde a Ports de Balears que finalmente autorizó la construcción de una sede social prevista ya en 1982.

El visto bueno de Ports a la obra servirá para culminar el proceso de legalización de las instalaciones portuarias que disponían de todos los permisos de ampliación y reforma (incluida la autorización para edificar una sede social) desde 1982, pero no lograron el final de obra precisamente porque el Port Esportiu S.A. no había llegado a ejecutar las inversiones previstas.

La conclusión del proyecto, pendiente de ampliación y reforma y del correspondiente proceso de legalización, permitirá ahora al club solicitar formalmente una ampliación de la concesión de las instalaciones del puerto de Can Picafort para los próximos treinta años.