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Casi un mes después de la muerte de Karl H. Kumbrin -un indigente que habitaba en condiciones de extrema pobreza y rodeado de suciedad y de ratas un pequeño túnel bajo la carretera de Desviament- grandes cantidades de basura, enseres en estado de putrefacción, restos de pintura y toda clase de desechos, siguen acumulados en el interior y en la entrada de esta galería sin que hasta ahora nadie se haya hecho cargo de su limpieza. El hecho ha sido denunciado por vecinos de la zona, especialmente porque por este estrecho túnel discurre una acequia de riego que suministra el agua a diferentes huertos.

Los afectados, han mostrado su malestar especialmente porque, hasta el momento, ni el sindicato de riegos ni el Ajuntament de Sóller se han puesto de acuerdo sobre a quien corresponde devolver la salubridad a este lugar.

El pasado fin de semana, ante la imposibilidad de recibir el agua en las mínimas condiciones, algunos vecinos se armaron de valor y provistos de mascarillas, botas y guantes se adentraron en el túnel para, por lo menos, quitar toda la basura que ocupaba la acequia.

Estos materiales, acumulados ahora en el exterior, emiten una pestilencia perceptible ya desde la carretera. Los vecinos aseguran que «hay objetos para cargar varios camiones» y que «está en peligro la salubridad de los huertos circundantes», por lo que piden «una actuación urgente a quien corresponda».

Tras la actuación vecinal el agua ya puede volver a circular, pero todavía arrastra «toda clase de inmundicias».

También recuerdan que Karl, «vivía así de forma voluntaria, pero esta opción nos provocó molestias graves durante más de dos años, especialmente a la hora de regar», por lo que creen que «ahora ya debería sanearse y cerrarse definitivamente este punto negro».