La ordenanza reguladora de la convivencia fue aprobada por el pleno de Artà. | Assumpta Bassa

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Pasear animales sin cumplir con la obligación impuesta por la normativa municipal de llevarlos controlados será considerado como una falta que podrá sancionarse con multas de entre 70 y 300 euros.

El pasado mes de enero entró en vigor la ordenanza municipal reguladora de la convivencia, defensa y protección animal en el entorno humano. En este reglamento se articulan los mecanismos para asegurar una buena convivencia entre los animales y las personas.

Ante el incremento de excrementos en las calles del municipio, el Ajuntament d’Artà ha puesto en marcha una intensa campaña de vigilancia. Así el alcalde de la localidad, Jaume Alzamora, hacía una llamada «al civismo de la población para que no se tenga que imponer ninguna sanción y se tome conciencia de que la convivencia entre animales y personas ha de ser lo más respetuosa posible». El Ajuntament ha tomado estas medidas ante la mala imagen que ofrece el municipio tanto para residentes como para turistas.