El Abanderat, Llorenç Tortella, y el Fadrí Major, Joan Gelabert, recorrieron las calles de la localidad para recoger a las ‘fadrines’. | Maria Nadal

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La población de Moscari, en el municipio de Selva, se vistió ayer de gala para celebrar la tradicional y peculiar Festa des Fadrí, que este año cumple 30 años desde su recuperación, y que se celebra cada año con motivo de las fiestas de Santa Anna.

Poco antes de las diez de la mañana, los vecinos de la localidad empezaron a salir de sus hogares al son de la colla de xeremiers, que recorrió las calles más céntricas hasta llegar al domicilio del Fadrí Major, este año encarnado por el joven Joan Gelabert, de 27 años.

Vestido con un traje de payés y sosteniendo una caña adornada con cintas, el Fadrí Major, acompañado por el Abanderat, Llorenç Tortella, y siempre precedido por los xeremiers, recorrió el pueblo para recoger a las jóvenes que le esperaban ante sus casas e invitarlas a participar en la misa en honor a la patrona con el conocido verso «Bon dia, bella eixirida. / A Santa Anna jo et convit, / perquè som bon amic / i tu, que ets tan garrida».

La Festa des Fadrí se recuperó en el año 1982 gracias a los recuerdos de Margalida Martorell y a la buena predisposición del rector del pueblo por ese entonces, Bernat Morell, de recuperar la tradición que sólo se celebra en Moscari. Debido al 30 aniversario de su recuperación, ayer se rindió un homenaje a todos los vecinos que han representado el papel del Fadrí Major con la entrega de un diploma.

La fiesta terminó con una misa en honor a Santa Anna durante la que se se realizó el baile de l’Oferta, y con un refresco popular para los vecinos.