Las instalaciones del centro de día de Costitx se encuentran cerradas desde el pasado 1 de julio cuando los 15 usuarios fueron trasladados a los centros de Algaida y Petra. Ahora la Mancomunitat del Pla estudia ubicar un servicio para enfermos mentales en Costitx. | M.N.

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Después que la Mancomunitat del Pla decidiera cerrar el centro de día para ancianos del que disponía en Costitx, debido a la deuda acumulada por parte del Govern, ahora la institución estudia instalar un centro de día para enfermos mentales en las mismas dependencias.

El centro de Costitx cerró sus puertas el pasado 1 de julio y sus usuarios fueron derivados a los centros de día de Algaida y Petra, explotados por la misma empresa adjudicataria. Ahora, la Mancomunitat del Pla está pendiente de recibir un proyecto para realizar un centro para enfermos mentales en las dependencias de Costitx y así dar una salida socio sanitaria al edificio.

Aunque el alcalde de Costitx, Antoni Salas, no ve con malos ojos la alternativa que ofrece la empresa adjudicataria del servicio, sí puntualiza que «se debe estudiar el proyecto y contemplar su viabilidad». Aún así, Salas no concretó sobre los posibles plazos de apertura del nuevo servicio ni a cuántos usuarios se podía atender.

Deuda

Hace meses que la Mancomunitat del Pla, presidida por el popular Antoni Mulet, decidió cerrar las puertas de uno de los tres centros de día de los que disponía debido a la gran deuda acumulada por parte del Govern, el Consell y los diferentes ayuntamientos que supera los 3,5 millones de euros. De los tres centros de día existentes en la Mancomunitat del Pla (Costitx, Algaida y Petra), la pequeña localidad de Costitx era la más susceptible de quedarse sin el servicio debido a que era la que menos usuarios atendía.

Mientras que en Costitx sólo había 15 usuarios por ocho trabajadores que les atendían, en Algaida y Petra se daba servicio a 25 usuarios que eran atendidos por nueve trabajadores. Con estos datos, desde la empresa concesionaria se avisó a la Mancomunitat del Pla de la inviabilidad de continuar con los tres centros en funcionamiento debido a la deuda de cerca de 700.000 euros que la institución debía a la empresa.

Aunque desde el principio, Salas se mostró contrario al cierre del servicio en el pueblo porque «todos los usuarios de los pueblos cercanos verán reducidas sus condiciones por los largos traslados que deberán hacer», finalmente la Mancomunitat del Pla no ha visto otra solución que prescindir del servicio y reubicar a los usuarios en otros centros.