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David Riera es el nuevo presidente de la Asociación Hotelera Calas de Capdepera. Recientemente ha tomado el relevo de su antecesor Joan Massanet. Su principal preocupación es el mantenimiento del municipio y el buen trato al turista.

—¿Cómo ha sido el inicio de la temporada turística?

—En realidad, nos esperábamos que empezaría mejor. El año pasado la ocupación fue mayor, este año no hay tanta afluencia de turistas.

—¿Qué proyectos tiene la asociación?

—A pesar del cambio de presidencia, yo sigo trabajando con la misma junta directiva por lo que se trata de una continuidad en los proyectos que ya se habían planteado. Por ahora, el principal objetivo es conseguir que se instalen unas duchas en la playa de Cala Agulla, ya que no se ha podido hacer por falta de acuerdo con el concesionario de playas y el Ajuntament. Por ello, nos dedicamos a que todo esté limpio, a dar una buena imagen de nuestro municipio de cara al turista que es el protagonista en este caso.

—¿Cumple las expectativas la nueva unidad nocturna de policía?

—La unidad policial ha mejorado con respecto al año pasado pero hay que seguir trabajando. Es verdad que la policía suele hacer diariamente acto de presencia en las playas del municipio para vigilar y mantener la seguridad de turistas y residentes.

—¿Existe todavía la práctica de «botellón» en la zona?

—Sí, en ciertas zonas se sigue haciendo botellón, tanto turistas como residentes. Es algo en lo que debemos trabajar entre todos y colaborar para dar una buena imagen del municipio.

—¿Qué opina del resultado de la regeneración de la arena de Cala Agulla?

—No estoy satisfecho con el resultado. A simple vista se observa la diferencia entre una arena y otra. El año pasado, los expertos que se encargaban del tema nos aseguraron que con el tiempo no se notaría la diferencia, sin embargo se ve a simple vista la diferencia de colores.

—¿Está de acuerdo con la posible huelga de hostelería que preparan los sindicatos?

—No. En mi opinión no es momento para hacer huelga sino de trabajar. Para mi, se trata de una justificación de los sindicatos para seguir ahí y demostrar que tienen alguna función.