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El PP de Antoni Pastor y el PP de José Ramón Bauzá escenificaron en el pleno de ayer una más que anunciada ruptura y dejaron claro que difícilmente hay vuelta atrás.

Los tres ediles, fieles a Bauzá, destituidos por el alcalde la semana pasada, Antoni Servera, Antoni Sureda y Llorenç Bosch, votaron por separado y se abstuvieron en todas las propuestas presentadas por el grupo municipal popular.

Y al final del pleno vinieron los reproches y las acusaciones mutuas. El presidente de la Junta Gestora del PP, Antoni Sureda, reclamó tener «voz propia» y reprochó al alcalde por «tener nuestra presencia secuestrada». Justificó sus abstenciones, «no porque estemos en contra sino porque queremos tener voz propia en esta sala». Sureda pidió a Pastor «prudencia» y que actuara «sin que la población se resintiera». Asimismo, dijo que «el alcalde se ha atrincherado en este Ajuntament. Nosotros actuaremos con serenidad, pero también con contundencia».

Pastor, por su parte, contestó que «el PP son más que unas siglas, son las personas» y le recordó que «si alguien tiene secuestradas las siglas del PP sois vosotros» haciendo referencia a «una reunión del partido en donde se hablaba de moción de censura». Añadía que «a mí me han expedientado por defender la lengua y hoy se ha roto la disciplina de voto varias veces con la abstención». Pastor, recordó que hay la posibilidad de una moción de censura. «Presenten una candidatura con once firmas», sentenció.