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Pocos poblers imaginaban, años atrás, cuando caminaban con los pies descalzos entre las patateras para sacar su vida adelante, para llenar barcos de patatas que no siempre llegaban a buen puerto que, años después, verían la plaza Major de sa Pobla llena de gente con la patata como único eje gastronómico.

Y es que durante la noche del viernes y la de ayer sábado, la cuarta edición de la Fira nocturna de la Patata volvió a dejar buen sabor de boca entre los vecinos y visitantes de la localidad. Treinta y siete restaurantes, bares o asociaciones ofrecieron mil y una maneras de comer patatas; espinagada de patata, gratinado de patata con bacalao, cocarrois con el mismo ingrediente, lasaña de patatas, la bomba de patata picante o los pasteles, entre ellos dos de los dulces más conocidos elaborados con patata, los buñuelos y la coca de patata conocida de patata son algunos de los platos que los asistentes tuvieron ocasión de saborear.

La música y el vino, que servían diferentes cellers, la animación infantil, una de las novedades de este año y la música de la Banda de música local y la batucada de Albopàs amenizaron la feria que sin duda hizo buena aquella canción de la Trinca en la que se señala que Diu la teoria de l’evolució, que venim dels micos, quina aberració!/I és evident que l’home ve de la patata, de la patata...