Las operaciones para derribar el hotel Son Moll han dado comienzo hoy. | Joan Socies

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Tres años y un mes después del derrumbe fatídico, cuatro trabajadores muertos, del hotel Son Moll en Cala Rajada, ayer en la zona donde se encuentra el establecimiento las maquinas derrumbaban los últimos vestigios del antiguo edificio de nueve pisos y que hasta hace tres veranos albergaba centenares de turistas.

Estos días se ha llevado a cabo la demolición de todo el edificio con un coste aproximado de unos 900.000 euros y que ha congregado a numerosos curiosos, durante largas horas, para observar como una máquina equipada con un potente martillo mordía el hormigón de todo el edificio hasta reducirlo a pequeños escombros, que posteriormente varios camiones se llevaban.

Los nueve pisos del edificio de mayor altura, recordemos que el derrumbe se produjo en un edificio anexo que contaba con cinco alturas, volverán a levantarse en el mismo solar, a pocos metros de la playa de Son Moll y es que la propiedad, s'Entrador, SL, tiene previsto poner en funcionamiento un nuevo establecimiento en 2013, un edificio con las mismas plantas y una altura menos, ya que tendrá sótano y de cuatro estrellas en lugar de las tres que ostentaba hasta ahora y será un «edificio moderno con estructura metálica y hormigón».

Hay que recordar que fue el pasado verano, en el mes de julio, cuando se dictó sentencia y se levantó el precinto judicial en el hotel Son Moll.

Los vecinos y curiosos de la zona ayer miraban las obras y celebraban la demolición de un edificio que se había convertido en una mala imagen para la zona turística de Cala Rajada.