Las autoridades, junto al grupo de jóvenes de la escuela taller. | Assumpta Bassa

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Los manacorins han recuperado su patrimonio histórico. La escuela rural de Son Negre, que data de los años 20, esconde entre sus paredes muchas anécdotas y recuerdos.

Son muchos los niños del municipio que ha cobijado, que han aprendido allí las lecciones, que han reído o llorado. Ahora lejos de estar en decadencia vuelve a ser un símbolo vivo tras su rehabilitación. Ha sido gracias a una escuela taller dónde diez alumnos han trabajado durante dos años seguidos para recuperar esta importante infraestructura pública.

«Ha sido una experiencia muy gratificante», «Gracias a estas clases podemos acceder a una titulación y tenemos ganas de seguir estudiando». Así lo entienden este grupo de jóvenes de entre 16 y 25 años que estaban en el paro y tenían algunas dificultades de inserción social. Ayer recibieron una certificación y un diploma de este curso de manos del alcalde, Antoni Pastor y de la directora del SOIB, Francesca Ramis. Gracias a estas escuelas taller también se ha restaurado dos escuelas rurales más: la del Puig d'Alanar y la de Sa Murtera. El Ajuntament está trabajando en un plan de usos para destinar las escuelas a fines públicos.