La 'sitja' ha ardido durante toda una semana; ayer se destapó para ver el carbón. | Elena Ballestero

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Fueron pioneros al adaptar los oficios de montaña al Pla de Mallorca. Originarios de Mancor de la Vall, Gaspar Frontera Martorell y Antonia Riera Carvallo, se instalaron en Santa Margalida en 1928 para hacer rancho (los trabajos que los carboneros hacían en una finca durante la temporada). Adaptaron la fabricación del carbón a la realidad del entorno sustituyendo la encina por pino y hasta mata y dejaron una larga estirpe de carboners, hoy son cerca de sesenta los que llevan este mote.

A pesar del descenso en el consumo del carbón a partir de los años cincuenta parte de los hijos de aquellos primeros carboneros continuaron el oficio de forma esporádica, eso a permitido que sus descendientes hayan mantenido durante generaciones los conocimientos precisos para construir sitges, tal y como las hacían sus antepasados.

Durante dos semanas los nietos y bisnietos de Gaspar Frontera y Antonia Riera, han dedicado sus esfuerzos a construir una sitja en la finca pública de Son Real que se descubrió ayer a mediodía en el marco de una jornada de puertas abiertas impulsada por la Fundació Balears Sostenible.

La jornada sirvió así de homenaje a la familia Frontera Riera Els Carboners de Son Real. Se han construido dos sitges junto a las casas, una que quedará como muestra etnológica de los oficios antiguos y otra que se ha prendido para completar el proceso de fabricación del carbón.

En el centro de interpretación de la finca de Son Real se puede ver una tercera sitja bajo el retrato de Gaspar Frontera y Antonia Riera.