Las autoridades quisieron probar la miel. A la derecha, un cocinero preparando una paella de 'sobrassada amb mel'. | Antoni Pol

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La plaza de la Carretera de Llubí se convirtió ayer de nuevo en un lugar de reunión para golosos. La décimo primera edición de la Fira de la Mel -que en esta ocasión se ha adelantado una semana, de forma que no coincidirá con la feria de sa Pobla- congregó a numerosos visitantes dispuestos a endulzarse el paladar con este producto.

Había, por supuesto, miel de todos los tipos y variedades. Sin embargo, los protagonistas volvieron a ser los productores de las Illes Balears, que este año superaron la treintena. Otro de los puestos más concurridos fue el aquel en que se invitaba a los asistentes a probarla, con algo de sobrasada, sobre una rebanada de pan.

Aparte de la miel también se expusieron todo tipo de herramientas y utensilios propios de la apicultura.

La miel también atrajo a políticos. Estaban el alcalde, Tomàs Campaner; el conseller de Mobilitat, Gabriel Vicens; el de Economia, Carles Manera; el presidente del PP, José Ramón Bauzá, y una nutrida representación de alcaldes de la comarca.