La zona afectada por el corrimiento de tierras presenta grandes grietas que han obligado al desalojo de siete chalets. | CAIB / MICHELS

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El Instituto Geológico y Minero de España (IGME) -organismo dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero- instalará un radar terrestre en las inmediaciones de Costa de'n Blanes para vigilar el corrimiento de tierras y la aparición de grandes grietas en la parte alta del complejo residencial Mediterráneo que obligó al desalojo de siete chalets, al precinto de una amplia zona verde municipal y al corte parcial de la calle Santa Lavinia.

Según fuentes del departamento de Urbanismo del Ajuntament de Calvià que dirige la teniente de alcalde Teresa Martorell (PP), el IGME ha elegido esta área de Costa de'n Blanes como «zona piloto de estudio» incorporada al proyecto europeo «Doris» para el análisis de riesgos geológicos en distintos países de la Unión.

Estas mismas fuentes apuntan que «el proyecto tiene una duración de dos años y la idea es instalar un equipo de radar terrestre que tome millones de mediciones de la evolución de las grietas aparecidas en la zona escarpada afectada, cuya precisión llega a registrar movimientos de tierra menores al milímetro».

Una de las razones por las que IGME ha considerado interesante estudiar y actuar sobre la zona de Costa de'n Blanes afectada por el corrimiento de tierras, obedece a que la mediciones tomadas por el radar podrán compararse con la situación anterior y posterior a la ejecución del proyecto de estabilización del talud dañado que, tal y como adelantó ayer Ultima Hora, prepara el Centro Internacional de Métodos Numéricos en Ingeniería (CIMNE) bajo la dirección del catedrático del departamento de Ingeniería del Terreno de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), Eduardo Alonso Pérez de Àgreda.

Desde el Ajuntament de Calvià explican que «gracias a la instalación del radar se generarán imágenes de altísima resolución de la superficie afectada que permitirán detectar deformaciones del terreno en pequeñas áreas, generalmente de difícil acceso, y donde se detectan movimientos muy lentos del terreno».

«Precisión milimétrica»

De esta manera, está previsto que se obtengan miles de puntos de medida de la superficie de terreno deformada y, en consecuencia, se pueda monitorizar la evolución temporal de los corrimientos de tierra «con una precisión milimétrica», sostiene el Ajuntament. Para la instalación del radar terrestre será necesario contar con un punto elevado -«la azotea de alguna vivienda», confirma Urbanismo-, desde el que se divise todo el escarpe dañado por los desprendimientos y las grietas.

Coste del proyecto

En lo tocante a los costes derivados de la instalación y funcionamiento del radar, desde el Ajuntament de Calvià apuntan que la totalidad de los mismos correrá a cargo del IGME al ser parte de una experiencia piloto del proyecto europeo «Doris», financiado con fondos del VII Programa Marco de Investigación de la Unión Europea.