Las 'senalletas' fueron reclamo para muchos de los asistentes. | M.P.

TW
3

Las calles del municipio vivieron ayer uno de los días grandes del año con la celebración de la Fira de octubre, que empezó los actos por la mañana con la tradicional suelta de palomas en la Porta Murada, seguida de las melodías de la Banda Municipal de Música de Santanyí.

Miles de santanyiners y visitantes disfrutaron de una jornada soleada en la que la artesanía, la gastronomía y los animales captaron la atención de todo el mundo. De hecho, los cerca de 300 firaires llenaron las calles de la localidad con una variada oferta de productos en sus expositores.

Había para todos los gustos: embutidos, quesos, mieles, buñuelos, cerámica, senalletes, flores, utensilios para el hogar o ropa entre los stands ubicadas en la plaza Major y en las calles adyacentes, que se encontraban repletas de gente.
Además, la muestra de ganado -que concentró cabras, ovejas y cerdos- cautivó a los más pequeños de la casa, así como la exposición de perros ibicencos, raters y de muestra.

Este año, los niños también disfrutaron de un contacontes, a cargo de la asociación cultural s'Heura que representó «Les tres porquetes i el llop».

Uno de los reclamos del sábado de feria fue la amplia oferta de empresas locales que promocionaron sus productos: desde coches o maquinaria agrícola hasta productos de decoración.

A partir de la tarde, los asistentes probaron los exquisitos platos de las amas de casa y de los restaurantes de la zona en la XI edición de la Mostra de Cuina Mallorquina.