Imagen actual del Través que se convertirá pronto en paseo marítimo; la vía del tranvía se desplaza hacia el interior. | Lluc Garcia

TW
3

Los técnicos del Ajuntament de Sóller han detectado numerosas deficiencias en el proyecto del paseo marítimo del Port cuando las obras están a punto de empezar, ya que hace meses que están adjudicadas. Buena parte de estas deficiencias afectan directamente al ferrocarril de Sóller dado que, como es sabido, la construcción del paseo prevé el desplazamiento de la vía del tren hacia el centro de la calzada.

Fuentes de la compañía Ferrocarril de Sóller han informado que, después de que los técnicos municipales hayan explicado a los de la empresa algunos detalles del proyecto de ejecución, se ha podido constatar que «las deficiencias son muchas e importantes». Entre ellas, y para citar sólo las que afectan al trazado del ferrocarril, hay que mencionar el hecho de que no se han contemplado los andenes, no hay el número suficiente de palos para soportar el tendido eléctrico (han previsto 17 y actualmente hay 25) y no se han calculado correctamente ni los radios de giro de la vía ni las pendientes de forma; con esta ejecución el tranvía no podría circular con normalidad.

Con respecto al resto de actuaciones, el Ajuntament ha detectado que no está previsto el carril bici o que la colocación de los adoquines del pavimento está programada sobre arena con lo cual difícilmente se soportará el tránsito rodado del vial de servicios. Tampoco está resuelto el drenaje de la zona.

Preocupación

Pero las dudas sobre el esperado paseo no los tienen sólo el Ajuntament y la compañía ferroviaria. Algunos comerciantes y restauradores del Port de Sóller están en desacuerdo con la construcción este otoño de esta infraestructura ya que creen que, aparte de los perjuicios que provocarán las obras durante dos temporadas turísticas, es totalmente «contrario a sus intereses». Los propietarios de bares y restaurantes de la zona, la mayoría de los cuales disponen ahora de tarimas de madera para las terrazas, piensan que tanto durante las obras como después ya no podrán tener estas instalaciones. Además, también están preocupados por lo que puede pasar con el tranvía (ya que éste se acerca a sus instalaciones) y también creen que después no podrán disponer del mismo espacio. El alcalde, Josep Ll. Colom precisa que, a parte de los problemas técnicos que pueda presentar el proyecto de Costas, lo que está claro es que el proyecto prevé a lo largo de todo el paseo «una acera de dos metros de ancho al lado de los bares y restaurantes, por lo que no se perderá superficie para las terrazas».