La 'siurellada' convocada en protesta por la política lingüística desplegada por Carlos Delgado en los últimos años tuvo escaso éxito; solo acudieron siete activistas. | Teresa Ayuga

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El alcalde de Calvià, Carlos Delgado (PP), aprovechó anoche su discurso en la conmemoración de los 781 años del desembarco del Rei Jaume I en la bahía de Santa Ponça para despedirse de la ciudadanía calvianera como primer edil del municipio, dando así cumplimiento a su palabra de permanecer un máximo de ocho años -dos legislaturas- al frente de la Alcaldía.


A diferencia de otros años, las palabras de Delgado en la Cruz de Santa Ponça no aportaron nada nuevo, ya que el todavía alcalde de Calvià optó por repasar algunas ideas de los siete alocuciones anteriores, pronunciadas año tras año -entre 2003 y 2010- en el mismo lugar y en el mismo marco de conmemoración del desembarco del Rei Jaume I.


Repaso


De esta manera, Carlos Delgado volvió a sostener planteamientos históricos como que «la conquista de Mallorca, en sentido estricto, en sentido político, no fue una conquista catalana, sino una conquista plural y de la Cristiandad». También reincidió en su defensa de la «unidad nacional» de España y volvió a instar a los ciudadanos a «alarmarse ante el proceso de 'desarme del Estado', instigado sólo por minorías». Delgado tampoco dejó pasar la ocasión para cuestionar la unidad de la lengua catalana y reivindicar el «mallorquín» como lengua oficial de Mallorca.


Finalizado el repaso a los momentos 'estelares' de sus siete discursos institucionales, Àlvaro Middelmann, director de Air Berlín en España y Portugal y ayer encargado de leer el pregón de fiestas, arrancó los aplausos de los presentes recurriendo a una rondalla en la que sin nombrarlo explícitamente cargó, con punzante ironía, contra la política turística, agraria e industrial del Govern del Pacte de Progrés y animó a la sociedad civil a «apadrinar el cambio», político, se supone. «No dejes en manos de los políticos lo que puedas hacer tu», concluyó.


Cabe destacar que sólo siete activistas nacionalistas e independentistas acudieron a la siurellada convocada contra la política lingüística de los ocho años de gobierno municipal de Carlos Delgado.