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El conseller d'Obres Públiques del Consell de Mallorca, Antoni Pascual, se comprometió esta semana en una reunión con el alcalde de Santa Margalida, Martí Torres y con el delegado de Can Picafort, Bernat Amengual, a comenzar en noviembre de 2010 las obras de reforma integral de la carretera de Artà a su paso por el término municipal.

La mejora responde a años de reivindicaciones de vecinos, hoteleros y políticos que denuncian la falta de seguridad en una arteria turística vital para Can Picafort. El proyecto tendrá continuidad con el que ya se aplicó en los términos municipales de Alcúdia y Muro procurando una reducción natural de la velocidad en beneficio del peatón lo que facilitará el paso de un lado a otro de la carretera teniendo en cuenta que ambos laterales están repletos de hoteles.

Los responsables políticos municipales del Ajuntament llevaban años denunciando un agravio comparativo frente a sus vecinos de Muro y Alcúdia. Cansado de alertar sobre los problemas de seguridad en el núcleo, el Ajuntament asumió este verano el coste de la iluminación de toda la carretera.

Las declaraciones que realizó el ahora ex alcalde de Muro, Jaume Perelló, durante la inauguración de la reforma de la carretera a su paso por Muro el pasado junio, terminaron de exasperar a los picaforters, y es que durante su discurso, mientras Pascual anunciaba su intención de dar continuidad al proyecto hacia Can Picafort, Perelló recordaba que «los coches al llegar a la rotonda de Can Picafort giran a la derecha para ir hacia Muro». La guerra estaba servida. Así las cosas el compromiso del conseller Pascual de iniciar la reforma en Can Picafort el próximo año se celebra en Santa Margalida como un éxito rotundo. La intención del Consell es la de (como ya hizo en los términos de Muro y Alcúdia) transformar la carretera de Artà en una travesía urbana.