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El Partido Popular de Inca expuso ayer las enmiendas realizadas a los Presupuestos Generales del Estado, pidiendo financiación para dos proyectos de ejecución en Inca.

Los 'populares' reivindican partidas económicas para el soterramiento de las vías del tren y la rehabilitación y reforma del Teatre Principal.
Por una parte, la formación 'popular' propone destinar al soterramiento de las vías del tren una cantidad que alcanzaría cerca de 1.500 millones de euros.

Además, el PP también reclama la rehabilitación del Teatre Principal a partir del 1% cultural que proviene del Gobierno central, aunque el espacio teatral es propiedad de la Fundació Teatre Principal, formada por el Ajuntament d'Inca, el Consell de Mallorca y el Govern de les Illes.

La diputada nacional del Partido Popular, Maria Salom, indicó que la Comunitat Autònoma resulta «castigada y perjudicada» en la previsión de los Presupuesto Generales del Estado. «Balears está a la cola de inversiones de las comunidades autónomas», sentenció.

En cuanto a las reivindicaciones para Inca, el presidente de la junta local, Rafel Torres, explicó que el Partido Popular «sigue la misma línea tanto si está en el gobierno como si se encuentra en la oposición». Además, Torres instó al portavoz del PSOE en Inca y también senador, Xavier Ramis, a votar a favor de las enmiendas presentadas en relación a Inca.

Además de los proyectos centrados en Inca, Salom añadió algunas de las enmiendas de carácter balear que la formación popular ha presentado.
En materia de turismo, el Partido Popular pretende conseguir la reducción de las tasas aeropuertuarias, así como la extensión de los descuentos aéreos para todos los residentes baleares, comunitarios o extracomunitarios. La elaboración de un plan que garantice las comunicaciones entre Balears y la Península es otro de los proyectos.

Salom comentó que los presupuestos estatales generarán «más gasto, déficit, paro y endeudamiento». La 'popular' destacó que «mientras en otros países como Alemania o Francia se bajan los impuestos, Zapatero va en dirección contraria y los sube».