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Vecinos y comerciantes de la calle Ramón de Moncada, en el entorno de la bajante por escalinata a la playa de Santa Ponça, se muestran indignados «ante la dejadez de la que hace gala el Ajuntament sobre las condiciones higiénicas de este tramo inmediato a la costa, una situación crónica y reiteradamente denunciada sin éxito que ha provocado que varios propietarios de establecimientos hayan cesado en su actividad».

En efecto, el tramo de playa referido se encuentra habitualmente plagado de basura y de embarcaciones abandonadas, lo que dificulta el tránsito de viandantes y bañistas, y cuenta además como triste emblema con la carcasa parcial de un edificio que nunca llegó a su conclusión.

El concejal de Uniò Mallorquina en el Consistorio calvianer, Isidre Cañellas, señaló a este diario respecto a la situación de esa zona de llegada y tránsito a la playa que «son numerosas las quejas que nos llegan de quienes habitan y trabajan en ese entorno respecto a la falta de acción del Ajuntament, lo que propicia una degradación física de hecho pero también un mensaje contradictorio del alcalde, Carlos Delgado, quien dice afanarse en la promoción turística del municipio y sin embargo no hace nada por tamaños desastres en primera línea de playa».

Las opiniones recogidas entre los residentes en esa zona de Calvià coinciden al señalar que «si el señor Delgado vende tantas parcelas municipales para obtener liquidez en la caja municipal bueno sería que utilizase ese dinero en comprar edificios como ese horror que nos preside aquí para habilitarlo, por ejemplo, como un aparcamiento público y solucionar dos problemas en uno».