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El conseller de Mobilitat del Govern, Gabriel Vicens, visitó ayer las obras -ya finalizadas- de tres pasos a nivel que Serveis Ferroviaris de Mallorca (SFM) ha suprimido en los términos municipales de Inca y Lloseta. La visita del responsable político se produce cuatro días después que un convoy arrollara a un coche en un paso a nivel sin barreras en el camino dels Moliners, en Santa Maria.

El conseller visitó ayer el ya eliminado paso a nivel de la Trullola, dentro del núcleo urbano de Lloseta. En este punto, donde en 2008 se produjo un accidente mortal, se ha construido un muro que impide el acceso a las vías y un vial de servicio para las fincas afectadas. Serveis Ferroviaris de Mallorca también ha eliminado los pasos a nivel del camino de Son Batle y de Es Pujol, ambos dentro del término municipal de Inca.

Oposición

A pesar de las mencionadas actuaciones, en Lloseta todavía hay dos pasos a nivel sin barreras que permanecen abiertos. Se trata del paso del camino de Son Pelai y de otro para peatones que está en frente de la ermita del Cocó. En este sentido, el Consell de Govern aprobó el pasado viernes una inversión de 2,9 millones de euros para sustituir el puente de la carretera (frente al Cocó), construir una nueva rotonda y eliminar los dos pasos a nivel antes mencionados.

Sin embargo, cabe recordar que todavía existen diez pasos nivel sin barreras y otros ocho con barreras en la línea férrea entre Palma y Manacor. Una directiva de la Unión Europea obliga a suprimirlos todos.

A pesar de la normativa y de los proyectos para eliminarlos, en los municipios afectados existe cierta oposición a los planes de la Conselleria. Es el caso de Santa Maria y Binissalem.

En Santa Maria, Serveis Ferroviaris hizo pública hace tres meses su intención de suprimir los pasos del camino de Coanegra, el camino dels Moliners -donde el lunes se produjo el accidente- y el de otro camino particular. En su lugar, el Govern proponía levantar un puente por detrás de la sede de las bodegas Macià Batle que enlazara ambos lados de las vías.

Los planes de las instituciones suscitaron polémica enseguida: se creó una plataforma vecinal, se colgaron pancartas en algunos balcones y se presentaron varias mociones en el Ajuntament. En todos los casos, las quejas no se oponen a la supresión de los pasos, sino que reclaman otras medidas: desde el cambio de ubicación del puente proyectado hasta el soterramiento de las vías a su paso por el núcleo urbano.

En Binissalem, donde hace algunos años ya se levantó un puente (con un fuerte impacto visual) cerca de s'Esperitera, SFM expuso recientemente su voluntad de construir otro en el camino del Pou Salat. Todas las formaciones con representación en el Consistorio y la asociación ecologista GADMA manifestaron su oposición a dichos planes.