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Después de la manifestación del martes por la noche en Inca donde unas 2.000 personas, según la organización, y 500 según la Policía Local, se concentraron para reivindicar una mejor gestión del equipo de gobierno, el alcalde Pere Rotger hizo balance ayer asegurando que fue una «manifestación oportunista e incoherente» y puntualizó que «coincido más con la policía sobre el número de asistentes y no me siento para nada desautorizado porque la gran mayoría eran votantes del PSOE».

Aún así, Rotger añadió que «desde la organización se pueden dar por satisfechos por haber congregado a unas 500 personas».
Con respecto al motivo de la manifestación, el alcalde dijo que «ha sido muy oportunista porque se ha aprovechado un momento en que la ciudad está llena de obras la mayoría de las cuales están pagadas por el gobierno central con el plan E que ha impulsado Zapatero. Estamos obligados a hacerlas», concluyó el alcalde.

Por lo que se refiere al mercado cubierto, Rotger recordó que «las obras del edificio están en fase de terminarse porque esperamos que dentro de cuatro meses puedan estar en pleno funcionamiento. Hubiera entendido más la manifestación hace un año y medio cuando había más problemas con el mercado pero no ahora porque las obras van a buen ritmo y lo único que debemos hacer ahora es terminar las obras de una vez por todas y o crear malestar entre los vecinos hacia el equipo de gobierno».

Para terminar, Rotger agradeció que fuera una manifestación «respetuosa porque no hubo nadie que atacara mi persona directamente».