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GUILLEM MAS Se acabó lo que se daba. El Ajuntament de Manacor ha decidido poner fin a la práctica del botellón en sus calles con una ordenanza «contundente», que regulará el consumo de alcohol en la vía pública y que prevé sanciones de hasta 3.000 euros.

«Permisividad cero». Con estas palabras comenzaba su intervención el regidor de Sanidad, Antoni Mesquida, quien apuntó que la ordenanza que se aprobará en el pleno del próximo lunes «no es represora ni oportunista», en relación a la agresión sufrida por un vecino durante la fiesta electrónica celebrada durante las Fires i Festes por parte de dos jóvenes que hacían botellón bajo su domicilio.

Mesquida afirmó que «el Ajuntament apuesta por la libertad, pero ello no implica la permisividad. Habrá responsabilidades que se tendrán que asumir con esta normativa que hemos impulsado por culpa de gente incívica».

La ordenanza en cuestión prevé sanciones de 400 a 3.000 euros, según su gravedad o reincidencia. Así, las sanciones leves tendrán una sanción que irá de los 400 a los 750 euros; las graves de 750 a 1.500 y las consideradas muy graves hasta los 3.000 euros.

Estas sanciones serán impuestas por una comisión técnica formada por funcionarios que también podrán decidir si se aplican 'castigos' a los infractores, como por ejemplo realizar trabajos en beneficio de la comunidad con la brigada municipal.

Por su parte, el regidor de Interior, Antoni Sureda, explicó que «la Policía Local nos pedía herramientas por poder actuar contra el botellón y la suciedad que dejan los jóvenes que consumen alcohol a la vía pública».

La medida no se aplicará hasta aproximadamente unos dos meses desde que se apruebe el lunes en el pleno y se publique en el BOIB.
Como toda norma, ésta también tiene sus excepciones. La celebración de fiestas como las de Sant Antoni u otras de características tradicionales serán objeto de excepción tras la firma de un decreto de Alcaldía.

Con todo, el Ajuntament de Manacor prevé impulsar una campaña de concienciación y de información entre la ciudadanía para dar a conocer la nueva norma aprovechando el impás de su aprobación definitiva.

Una ordenanza más que los responsables municipales esperan poder aplicar con más diligencia que otras, «dado que los infractores serán identificados y sancionados al momento» según Sureda. Manacor declara la guerra al botellón y se contabilizarán las sanciones impuestas.