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Hace más de veinticinco años que una moratoria urbanística afecta el molinar de Fartàritx. Un cuarto de siglo es suficiente para que una medida que tenía que servir para evitar la degradación y para conservar el carácter del barrio haya condenado sus calles a la degradación y el abandono.

Tras casi treinta años realizando sólo obras puntuales, muchos de los habitantes del barrio reclaman zonas de aparcamiento, paseos, plazas y soluciones a la degradación. Por el momento, y a raíz de una moción presentada por ALM-UM, el pleno municipal se comprometió a convertir el barrio en un buen lugar para vivir.

Así, se estudiará y se modificará el tráfico para mejorar las comunicaciones y la circulación de vehículos, y se redactará un plan de embellecimiento y restauración de calles que también afectará el mobiliario urbano, las aceras y el alumbrado público.

Hay que destacar que no es la primera vez que el Ajuntament decide hacer algo en Fartàritx. El 3 de octubre del 1985, el pleno de Manacor encargó la redacción de un plan especial para ordenar el conjunto artístico de los molinos de Fartàritx y salvar así los elementos más característicos del barrio, pero el proyecto nunca se materializó. El plan respondía a la moratoria urbanística dictada por el Consell de Mallorca, que todavía prohíbe la construcción de nuevos viales y el esponjamiento del barrio.

Así pues, la medida que debía servir para mejorar Fartàritx y que condenó el barrio al abandono, tiene los días contados. Todo el mundo, Consell, Ajuntament y vecinos quieren que el barrio vuelva a brillar y esta vez parece que lucharán juntos para conseguirlo.