La falta de arcenes en la carretera hace aún más peligrosos los derrumbes de las paredes de piedra. Foto: J.SOCIES

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Las intensas lluvias de estos últimos meses han derribado metros y metros de pared seca en la carretera que une los pueblos de Randa y Montuïri. Y son los propietarios de las fincas afectadas y de las paredes quienes se ven impotentes para arreglar tantos metros de derrumbes, aun cuando cuentan con subvenciones de la Conselleria de Agricultura. Pero su queja va dirigida al Departamento de Carreteras del Consell, que se lleva las piedras de la vía sin que los vecinos después puedan utilizarlas para rehacer y arreglar las paredes.

Este intenso período de lluvias de los últimos meses ha obligado al Departamento de Carreteras del Consell de Mallorca a realizar constantes actuaciones, puesto que las paredes de piedra en seco, de más de dos metros altura, dejaban todas las rocas en medio de la vía, al ser una carretera sin arcenes.

A la salida del núcleo de Randa en dirección a Montuïri es donde las paredes presentan unas dimensiones más grandes, con estructuras de piedra en seco que sobrepasan los dos metros de altura, y es en esta zona donde se produjo el mayor número de desmoronamientos.

Así, a lo largo de casi dos kilómetros hasta la finca de Aubenya, cada tramo de carretera presenta los esboldrecs. Los propietarios de las fincas han mostrado su malestar ante el Ajuntament de Algaida y en otros organismos por la actuación que ha llevado a cabo el departamento de Carreteras, que ha retirado las piedras sin darles cuenta del lugar de su depósito, y que ahora ven cómo no pueden volver a reedificar sus paredes al no tener a disposición las piedras que les han sido «sustraídas».

El Ajuntament de Algaida mostró su conocimiento sobre el tema por boca de algunos de los propietarios de las fincas de Randa que han mostrado su malestar ante esta situación que se ha visto incrementada este año por el derrumbe de un gran número de metros de pared.

El departamento de Carreteras del Consell, por su parte, apela a la seguridad del tráfico en la carretera para retirar las piedras con prontitud, ya que la convierte en una vía peligrosa.