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Después de que los propietarios de hotel Son Moll declararan el pasado viernes ante el juez que contaban con la autorización verbal del alcalde para ejecutar las obras de remodelación del establecimiento, Bartomeu Alzina ha querido negar la acusación
El primer edil de Capdepera ha desmentido las acusaciones de la propiedad del hotel y ha asegurado que cree que «se trata de una estrategia» para defender a los propietarios. Aun así hay que tener en cuenta que tras las declaraciones del viernes en el juzgado número dos de Manacor, el alcalde podría convertirse en un nuevo imputado del caso.

Por eso, según reconoce el mismo Alzina «lo más probable es que me llamen a declarar». Si esto sucediera, el alcalde ha asegurado que defenderá su honestidad, «porque no he dado ni daré jamás ningún permiso de obras, ya sea de forma verbal o escrita, sin tener en mis manos un informe técnico favorable». Y es que, según el alcalde, una prueba de que los propietarios de Son Moll sabían que no podían empezar las obras sin licencia es que «los responsables del hotel discutieron con el celador de obras para intentar acelerar los trámites».

Por su parte, los diferentes partidos consultados no han querido hacer referencia a las declaraciones «para respetar el procedimiento judicial», apuntó el popular Joan Ferrer. Aun así, el regidor de Seguridad, Josep Gallego, cree que la acusación «se basa en una conversación privada y, por eso, será difícil de demostrar».