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El retorno del tren a Son Servera ha levantado una serie de suspicacias en la localidad. El Ajuntament muestra su preocupación, porque «este proyecto supondrá un grave impacto visual y una barrera física entre el núcleo urbano y la costa». Por ello, exige un cambio en el trazado para evitar que «el pueblo se vea afectado. Todo el mundo quiere recuperar el tren, pero no a cualquier precio».

Precisamente ayer estaba prevista una reunión entre el alcalde, Josep Barrientos y el conseller de Movilitat del Govern, Gabriel Vicens, para tratar este tema, pero finalmente no tuvo lugar.

El alcalde explica: «Hace tiempo que pedimos una reunión con el conseller y con Serveis Ferroviaris y tenía que ser hoy lunes. Nos han dicho que ha sido un malentendido y, por esto, no se ha celebrado. Pero estamos indignados porque no hemos recibido respuesta a una serie de alegaciones que presentamos». Y añade: «La comisión de patrimonio integrada por gente del pueblo nos ha puesto en alerta de una serie de problemas si se sigue el proyecto por el antiguo trazado. La situación actual es diferente a la de hace 30 años».

Así, uno de los problemas que plantea el alcalde es que no hay buenos accesos para llegar a la estación, con lo que sería un problema para los buses lanzadera procedentes de Cala Millor. Otro de los inconvenientes es que se han hecho nuevas infraestructuras como el carril-bici o la futura vía de circunvalación. «El tren supondrá una importante barrera física que separará el pueblo. En el punto en donde cruza la carretera se prevé que tanto la carretera como el carril-bici vayan por debajo, separando el pueblo y creando un impacto brutal. Pedimos que los técnicos vean las posibilidades que hay a pie de obra». Barrientos lo tiene claro. «Una foto electoral no puede ser a costa de un proyecto que perjudique al pueblo».