Momento del pleno en que Joan Ferrer justifica su solicitud de reprobación al alcalde. Foto: A.BMuchos acudieron a ver el desenlace final del pleno extraordinario.

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ASUMPTA BASSA

Finalmente no hubo reprobación por la gestión del hotel son Moll. El alcalde de Capdepera, Bartomeu Alzina, se libró gracias a la abstención de es Grup. Con ocho votos a favor (PP, EU-Els Verds), ocho en contra (PSOE, UCAP-UM y PSM-Entesa) y una abstención, la reprobación solicitada por el Partido Popular no prosperó. Sin embargo toda la oposición coincidió en pedir la dimisión del alcalde. Había mucha expectación. La sala de plenos se llenó y hasta el último momento no se despejó la incógnita.

Reproches, acusaciones y un final con buenos propósitos e intenciones es el resumen de un pleno solicitado por el PP y en el que el equipo de gobierno en minoría salió reforzado.

Joan Ferrer, portavoz del Partido Popular, justifico su petición en el hecho que «se han cometido irregularidades muy graves». Detalló cómo había transcurrido la solicitud de licencia de obras del hotel son Moll y acusó a Alzina de «mentir». Ferrer expuso que «el alcalde dijo que había dado orden de paralización de la obras en tres ocasiones. El único cese es el del día 17 de diciembre, después de la tragedia». También apuntó «la mala gestión» del alcalde en el tema de la sala multiusos. «Se hacían obras sin el proyecto de ejecución».

Por su parte, Maria Orts (EU-Els Verds), en su primer pleno en la oposición, pidió explicaciones del porqué no se había paralizado la obra y recordó que «no se podía dar licencia de obras, ya que según las normas subsidiarias un edificio fuera de ordenación para su modernización no debe superar la altura permitida». Mateu Melis (es Grup) dijo que «por coherencia a nuestras ideas y para mirar por el futuro de Capdepera no votaremos a favor». Pidió al equipo de gobierno que depurara responsabilidades y deseó que «a partir de ahora sea un gobierno que destierre la crispación y saque adelante buenos proyectos».

El alcalde no entró a debatir y tampoco dijo porque no paralizó las obras. Reconoció haberse equivocado en las declaraciones tras la tragedia y lanzó un mensaje: «asumiremos responsabilidades para mejorar la gestión. Hemos de aprender de los errores». Y fue claro «no se me ha pasado por la cabeza dimitir».