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MARGALIDA RAMIS «El municipio de Escorca está sumido en una situación de emergencia». Con estas palabras expresó ayer el alcalde de Escorca Antoni Gómez (PP) la actual situación por la que pasa el municipio, después de que el temporal de las últimas semanas haya obligado a cerrar algunas carreteras del municipio, dejando así incomunicados los vecinos de las zonas afectadas. El alcalde ya se ha reunido con la portavoz del Govern, Joana Barceló, y con el conseller insular d'Obres Públiques, Antoni Pascual, para «solicitarles que nos ayuden a restablecer la normalidad y trasladarles la situación de emergencia d'Escorca».

A día de hoy, en Escorca hay dos carreteras cortadas al tráfico: la de Cala Tuent, que es de competencia municipal y un tramo de la MA-10 (Pollença-Andratx), del Consell. Ésta última sufrió un gran desprendimiento el pasado día 31 de diciembre por la tarde, a unos 100 metros del desvío de sa Calobra, yendo de Lluc a Sóller, y que, según el alcalde «se trata de la columna vertebral del municipio». Desde el Consell ya informaron que seguramente se tardará unos cinco meses en reparar el tramo entre Lluc y Sóller que está cortado al tráfico y obliga a pasar por Sóller para ir o salir de sa Calobra. «En Escorca tenemos todos los servicios municipales en Lluc, de modo que la policía o el camión de la basura tienen que dar la vuelta por Sóller para ir a sa Calobra, lo que supone un gran problema», lamentó Antoni Gómez.