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R.P.F. En su cruzada política "cada vez menos discreta" por la defensa de la lengua común de los españoles, y su consiguiente contrapeso contra la lengua propia de Mallorca, el alcalde Carlos Delgado no duda en «castigar» a los que le critican, haciendo un uso muy discutible del cobro de tasas por el uso del teatro de Sa Societat, que revertió a comienzos de la década al pueblo calvianer y por el cual no se solventan cánones a las entidades sin ánimo de lucro.

Cuando a finales del año pasado la plataforma Calvià per la Llengua solicitó al Ajuntament la ocupación benevolente por un día de Sa Societat para celebrar una jornada "el 20 de diciembre" de estudio y reflexión sobre el catalán, recibió como respuesta que habría de abonar 600 euros de tasa municipal.

La plataforma celebró su acto en el instituto público de Bendinat, donde no les fueron liquidadas tasas de ocupación, y aprovechó la jornada para alumbrar una reflexión. ¿No sería saludable que el uso del teatro de Sa Societat dependiera de una entidad gestora sin pensamiento único y capaz de admitir que los actos culturales de entidades ciudadanas sin ánimo de lucro puedan ser soportadas por el municipio?