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La Santa Sede ha autorizado que se inicie el proceso para canonizar al pobler Antoni Aguiló 'Toni Toniet' y ha dado el visto bueno al «decreto de virtudes heroicas» de Margalida Cativa de Costitx por lo que sólo queda acreditar un milagro para que pueda ser beatificada.

Según informó el postulador de causas de canonización, Gabriel Ramis, la vigilia del pasado Domingo de Ramos, el papa Benedicto XVI aprobó que las virtudes que Margalida Amengual desarrolló en vida son suficientes para acreditarla como «venerable». Según Ramis, «ha pasado por la puerta grande», ya que la comisión del Vaticano que estudia los expedientes de canonización le dio el visto bueno por unanimidad.

Además, el Vaticano también ha autorizado que la Diócesis de Mallorca inicie la investigación para demostrar que la actuación de 'Toni Toniet' en vida merece esa categoría. Se trata del primer paso dentro del proceso de canonización que se inicia a petición de las diócesis. Esa investigación tiene que acreditar que los aspirantes a la canonización han ejercido las virtudes católicas en «grado heroico». Una vez finalizada la investigación, se remite a Roma, donde una comisión tiene que dar el visto bueno al «decreto de virtudes» que luego es aprobado por un congreso eclesiástico y, finalmente por el Papa. En ese momento, se da a la persona el título de «venerable». Para poder ser beatificado, aún hay que pasar otro proceso, en este caso, el de acreditar un milagro. En este es el punto en el que se encuentra Margalida Amengual.

Gabriel Ramis asegura que este nuevo informe «depende de la devoción de la gente», aunque añade que: «Fama de hacer milagros tiene, porque hay mucha gente que se encomienda a ella». El Obispado ya ha recibido noticias de hechos que podrían ser considerados milagros de Margalida Cativa, aunque aún están siendo investigados. Una vez que se acredite una actuación de este tipo y sea aprobada por el Vaticano, podrá ser considerada beata. De hecho, la suya podría ser la primera beatificación que se celebre en Mallorca, ya que, hasta ahora estas ceremonias se hacían en Roma. Sólo hay otra mallorquina en esta situación ahora misma: la madre Alberta Giménez.