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El parque móvil del Ajuntament de Llucmajor se quedó helado. Literalmente. 23 vehículos de la flota municipal no pudieron ser utilizados el pasado viernes por culpa del frío. Estos camiones y automóviles utilizan biodiésel como combustible y las bajas temperaturas registradas la pasada semana bastaron para congelar el líquido tanto en los depósitos de los vehículos como en los mismos tanques de suministro.

De esta forma no pudieron prestar su servicio los veintitrés vehículos, todos ellos adscritos a la empresa municipal Llemsa. El Ajuntament de Llucmajor encargó el mismo día un informe a los ingenieros municipales, fruto del cual se estableció que el parón de los camiones se debió a la congelación del combustible.

El alcalde del municipio, Lluc Tomás, envió en la mañana del lunes una carta la Grupo Ecológico Natural, empresa que suministra el combustible, para exigirle que «para los próximos suministros nos sirvan el biodiésel con los aditivos anticongelantes necesarios para que pueda soportar temperaturas de hasta diez grados bajo cero».

El parón de los vehículos impidió que se desarrollaran con normalidad servicios como la recogida de residuos, la poda de árboles, la limpieza viaria o las brigadas de obras. El alcalde, Lluc Tomás, reconoce que: «se perdió toda la jornada de trabajo, además del daño en la imagen municipal de cara a los ciudadanos». El biodiésel es un combustible mucho más limpio que el gasóleo convencional pero uno de sus inconvenientes es su baja temperatura de congelación, que se sitúa en torno a los cero grados. Por eso se suele mezclar con anticongelantes en invierno para evitar problemas en los motores.