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El alcalde de Inca, Pere Rotger (PP), reconoció en el último pleno municipal «un cierto trato de favor» a la hora de otorgar la adjudicación de las obras de construcción del Casal de Joves a la empresa Quimipres, la misma que construyó la piscina cubierta municipal cuyas deficiencias han estado a punto de provocar el cierre de las instalaciones.

Rotger explicó que «pese a que vistos los antecedentes tenía reticencias a adjudicar a esta empresa que resultó ganadora del concurso, entiendo que se merecía una segunda oportunidad por ser una empresa inquera».

Las reacciones a la afirmación del alcalde no se han hecho esperar. El portavoz del Bloc en Inca, Antoni Rodríguez, ha puesto el grito en el cielo. Recuerda que las obras de la piscina tienen más de una veintena de deficiencias y que Quimipres facturó por ellas más de un millón de euros de extras al Ajuntament.

Rodríguez explica que la adjudicación del Casal de Joves a Quimipres se justificaba en la rebaja del plazo de ejecución de esta obra, ya que la empresa se comprometía a entregar el casal en ocho meses pero ese plazo ha sido más que superado. Por ello, pide que se rescinda el contrato por rebaja temeraria o que en su defecto se le apliquen las sanciones económicas preceptivas.