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Los accidentes que se han producido en las últimas semanas en el acceso al túnel de sa Mola, en la parte de Sóller, están poniendo en tela de juicio la ejecución del proyecto en este punto.

El problema, según explica el ingeniero solleric Bartomeu Darder, estriba en que el tráfico que viene de la Playa den Repic confluye con los vehículos de salida del túnel. Ambas vías acaban en un sola, pero antes, los metros en que las vías discurren paralelas se producen giros prohibidos de los vehículos que vienen de la playa y que quieren acceder al túnel.

A su juicio, hubiera sido necesario habilitar una intersección para distribuir el tráfico que entra y sale del nuevo túnel, y permitir los giros de sentido.

De hecho, inicialmente estaba prevista una rotonda a la altura de Roca Roja, pero por presiones vecinales no se llegó a construir. Esta intersección hubiera permitido un cambio de sentido a unos 300 metros del acceso al paso subterráneo.

De esta forma, los conductores tienen que dirigirse hasta la rotonda del monumento para poder hacer el giro, así que se están produciendo imprudencias de conductores, produciéndose accidentes.

El último tuvo lugar el pasado sábado y murió un joven en Inca. La imprudencia de un conductor que realizó una maniobra irregular parece que provocó el accidente mortal.

El Departament de Carreteres de Consell adoptará las primeras medidas. Bartomeu Darder explica que está prevista la colocación de pilones en la mencionada confluencia de las vías, de tal forma que no se puedan hacer los giros.

El proyecto, ejecutado la pasada legislatura por el Govern de las Illes, aún no ha sido recepcionada por el Consell de Mallorca, de tal forma que no puede estudiar una solución más idónea. En todo caso, lo que si es cierto que va camino de convertirse en un punto negro si no se toman medidas.