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GLÒRIA JULIÀ Carros, cabriols, caballos... Las calles de Calonge fueron tomadas ayer por una gran cantidad de animales que, con sus respectivos amos, celebraron la 'X Anada en Carro a Cala Mondragó'. También participaron personas a pie y en bicicleta.

Sobre las 9.30 horas de la mañana, la Plaça de Calonge presentaba un aspecto nada habitual: todos los vecinos se reunieron allí para almorzar. El menú era de lo más tradicional: uvas con queso mallorquín, botifarrons... El objetivo era cargar energías para partir hacia Cala Mondragó, donde les esperaba una gran paella. Los más pequeños estaban realmente ilusionados y, cada uno en su carro, con el sombrero calado disfrutaban del día con amigos y familiares.

Durante el trayecto hacia Cala Mondragó no hubo incidentes, excepto que una burra volcó, pero se recuperó enseguida. Después de este pequeño susto, llegaron a la playa para descansar y reponer energías. Durante la comida no cesó la lluvia, pero esto no desanimó para nada a los participantes, que aguantaron estoicamente y hasta hicieron sobremesa.

Cerca de las 16 horas, reemprendieron su camino de vuelta, pero les volvió a coger la lluvia a medio camino. Aún así, llegaron de nuevo a Calonge animados y con una gran sonrisa en la boca.