Una imagen como ésta se ha repetido en demasiadas ocasiones en las playas y calas vírgenes de Manacor.

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JOSEP MARIA SASTRE La situación ha llegado a límites insospechados este verano y el Ajuntament de Manacor ha tenido que tomar cartas en el asunto. El mal uso y, sobretodo, la falta de sensibilización de los bañistas en cuanto el vertido de todo tipo de basuras y residuos, ha provocado que la delegación de Turismo haya decidido instaurar un sistema de control y vigilancia por tierra y mar, en coordinación con la empresa concesionaria de las playas.

La polémica ha surgido a raíz de la mala imagen que ha ofrecido este verano la playa virgen de Cala Varques con montones de basura acumulada. Por este motivo, el Ajuntament ha decidido controlar a los bañistas en esta playa conocida por la presencia de las vacas y, además, hacerla extensiva al resto de playas y calas de la zona costera de Manacor.

Así, se contratará a una persona que vigilará la playa todos los días de la semana, para «mantenerlas limpias y controlar que no se tire ningún tipo de residuos que a largo plazo contaminan el medio natural». En este sentido, desde el Ajuntament recuerda que «a la entrada del camino que conduce a Cala Varques, hay un contenedor de basura donde se pueden dejar todos los residuos». La otra medida que se ha adoptado es la adquisición de una embarcación con tal de mejorar los desplazamientos, la retirada de residuos y poder mantener las playas «en perfecto estado de conservación».

Turismo justifica su reacción en «la situación que vive Cala Varques con la llegada constante de gente que quiere gozar de un día de playa y que en muchas ocasiones desconocen que se encuentran en un área natural de especial interés donde está prohibido acampar y dejar basura u otro tipo de residuo que pueda afectar al entorno». A esto hay que sumar «la dificultad añadida que supone acceder a la playa y retirar los residuos que hay acumulados».

Cala Varques es una cala que hace apenas unos años era desconocida por el «gran público» y allí sólo acudía la gente de Manacor. Sin embargo, en los últimos años se ha hecho famosa y, sobretodo en la temporada alta se llena de turistas y veraneantes. Para llegar al arenal hay que caminar unos quince minutos por vías sinuosas. Esto provoca que mucha gente opte por dejar los residuos en la playa.