Coches y caravanas aparcadas en el litoral. Ésta es la estampa que presenta a diario el litoral de Artà. Foto: J.S.

TW
0

Los vehículos que circulan y aparcan a la zona costera que se encuentra entre la Colonia de Sant Pere y la urbanización de Betlem, en término municipal de Artà, ponen en peligro la flora, la fauna y los restos arqueológicos que están protegidos por la ley.

Durante los meses de verano los coches y las caravanas se multiplican, y donde tendría que haber poblaciones de saladines, socarrells y otras plantas protegidas, hay caminos, vehículos aparcados y marcas de neumáticos. «Ni el Ayuntamiento de Artà ni el Seprona (el servicio de la Guardia Civil que vela por la protección del medio ambiente) hacen nada para evitar la destrucción del patrimonio natural y arqueológico de este entorno», denuncia Guillem Caldentey, regidor por Els Verds-Esquerra de Artà.

Por su parte, el alcalde Rafel Gili reconoce el problema y anuncia un plan de acción para parar la degradación de este tramo de costa. Gili explica que el Ajuntament instalará paneles indicativos para que todo el mundo sea consciente de la riqueza natural que se pone en peligro cuando se utiliza el coche para acceder a las playas de la zona. Además, el Consistorio ha iniciado contactos con algunos propietarios por habilitar solares como zonas de acampada.

Sin embargo, Els Verds-Esquerra cree que estas medidas son insuficientes. El partido propone cerrar el acceso de vehículos a la zona protegida con estacas de madera y habilitar algunas parcelas para que sirvan de aparcamiento. Tanto el Ministerio de Medio Ambiente como el Govern balear y el Ajuntament de Artà prevén multas para los conductores que circulan y estacionan en esta área de interés ecológico y arqueológico.