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MARTA MEDRANO El parque de Can Cirera Prim que inauguró el ex alcalde Antoni Serra (PP) al final de la legislatura continúa cerrado un mes después, a la espera de que la Conselleria de Medi Ambient recepcione esta obra que costó 919.522 euros y que fue uno de los proyectos estrella del anterior equipo de gobierno.

Esta zona verde, que tiene un total de 21.000 metros cuadrados y que fue concebida como una zona de «huertos urbanos» que debían gestionar payeses de sa Pobla de forma voluntaria, es otro de los «grandes problemas» que el nuevo equipo de gobierno debe afrontar en breve. El alcalde, Joan Comes (Ixsp), medita convocar un concurso de ideas para gestionar esta inmensa zona verde ubicada en la entrada del pueblo desde la carretera de Pollença y que consta de una explanada, 12 huertos, siete zonas de árboles frutales y otra zona de vegetación autóctona. «Si hubiera dependido de mí hubiera ubicado allí un gran parque infantil porque en sa Pobla los payeses no quieren cultivar parcelas de tierra tan pequeñas de forma voluntaria. Además, el uso agrícola y el uso por parte de niños no es compatible», dice Comes, que también lamenta la falta de sombras en el parque.