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Un año más, el pueblo de Selva se llenó ayer de todo tipo de hierbas, mucha gente y un persistente olor a mirto que se podía oler por todos los rincones. El pueblo celebró ayer la tradicional Fira de Ses Herbes que este año cumple su octava edición.

La feria de Selva es una de las más madrugadoras de todas las que se celebran en Mallorca. Ya a las siete de la mañana, los recolectores de mirto se concentraron a la plaza para ir en busca de la planta. No fue hasta pasadas las diez, cuando volvían al pueblo acompañados por sus carros engalanados. Tampoco faltaron les xeremiers y los personajes de s'Estel de Ses Herbes, dieron el pistoletazo de salida a la celebración de la feria.

Después, los visitantes empezaron su recorrido por el recinto ferial, que principalmente se concentraba en la plaza, y aprovecharon para recorrer las múltiples exposiciones que tenían el eje común de estar inspiradas en las hierbas.