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Si hay algo que valoran los visitantes de espacios naturales es que no estén masificados. De hecho, este es el objetivo de todos los gestores de zonas protegidas. Y es que en el caso del Parc Natural de sa Dragonera hubo un tiempo en que era agobiante pasear por el islote. Así puede observarse en la evolución de los visitantes del islote en los últimos 10 años. Al contrario de lo que pueda esperarse de cualquier gráfica, las cifras van en descenso. Pero en este caso es bueno. Las estadísticas de visitantes se comienzan a contabilizar en sa Dragonera a partir de su declaración como parque natural en 1995. Los primeros años transcurrieron sin ningún tipo de control y le costó bastante tiempo que comenzara a funcionar como parque. Entre el 1996 y 2001, los visitantes se disparan. Había días en que se contabilizaban hasta 300 personas paseando en el puerto. Una barbaridad. El año 1999, se registraron 83.959 visitas.

«Tener menos visitantes no es un fracaso, lo que nos interesa es que el que visita el parque saque provecho de ello», indican fuentes del organismo insular.

En 2001, se aprueba el Plan de Uso y Gestión y, a partir de entonces, las visitas anuales comienzan a disminuir en cantidad y aumentar en calidad. Para los gestores del parque, lo ideal es mantener las visitas anuales entre 30.000 y 35.000. En 2006, la cifra de visitantes bajó hasta casi 25.983, pero no hay una razón especial. Algunas de las golondrinas no hizo algún viaje e hizo bajar las cifras. Pero el descenso generalizado en el último lustro tiene su origen en las limitaciones aprobadas por el Consell de Mallorca que gestiona el parque junto con el Govern de les Illes. De esta manera, el parque puede ser visitado cada día por 70 escolares y sólo se permiten 8 desembarcos al día de golondrinas con 50 pasajeros y 2 de embarcaciones de hasta 150 pasajeros aunque sólo hay una con esa capacidad. El parque también cobra una tasa de un euro en las embarcaciones turísticas y están excluidos: los menores de 14 años, los mayores de 65 años, los grupos escolares, así como los investigadores, voluntarios y residentes en Mallorca los sábados.

Al parque natural le interesa, sobre todo, mantener las visitas didácticas de los grupos de escolares. Mayo y junio son los meses más fuertes, pero también se quieren reforzar las visitas en septiembre y principios de octubre, cuando todavía hace buen tiempo. El año pasado, concretamente visitaron el parque 207 grupos que sumaron 5.760 escolares. Esta cifra, afortunadamente, sí que se incrementa cada ejercicio.