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J.SOCIES
El Puig de Sant Miquel es para la gente de Montuïri un lugar muy querido, pero desde hace algunos años viene padeciendo una importante degradación de todo su entorno. Los vecinos de Montuïri han expresado su malestar por la continua devaluación que sufre el Puig y que sólo parece mejorar al llegar el día de la romería durante las fiestas de Pascua.

En la cima del Puig confluyen tres propietarios: la Iglesia que tiene la ermita de la Mare de Déu de la Bona Pau y unas casas que se utilizan como restaurante. El Ajuntament que se encarga de la explanada y de los caminos de acceso. Y, luego, tienen la mayoría de terrenos las monjas Trinitarias, conocidas popularmente en el pueblo como las vermelletes.

Hace unos años, el Ajuntament instaló en el Puig los juegos infantiles y, a día de hoy, están rotos y oxidados lo que conlleva un grave peligro.

Los solares de bosque, propiedad de las vermelletes, servían de punto de reunión y juegos el día del Puig, pero hace unos años que se ha ido degradando y, este año, ha aparecido un monte de tierra y escombros. La portavoz de las monjas dice que «nosotras no sabemos de donde ha podido salir todo esto, pero lo averiguaremos», así se explica Francisca Bergues, quien también señaló que no se puede seguir con esta espiral de degradación.

La representante de las vermelletes también señala que están dispuestas a reunirse con el Ajuntament para llegar a acuerdos para no permitir esta suciedad y mantener el Puig limpio: «No es normal toda esta suciedad, tendremos que sentarnos con el Ajuntament y hablar».

La zona del Puig de Sant Miquel es zona ANEI y, ahora, en la cima hay unos terrenos que se venden. Tal vez sería la hora que las administraciones realizasen alguna acción para habilitar más terrenos públicos en el Puig.